sábado, 1 de marzo de 2014

Postales desde el exilio

Una de las historias más recurrentes de esta crisis, es la vuelta de la emigración a un país que se había transformado en receptor de personas en los últimos tiempos. De vez en cuando, los medios de comunicación recurren a la historieta cansina del joven ultra-cualificado español que se ha visto obligado a emigrar ante la falta de oportunidades en su país natal; y especialmente en algunos sectores, no nos faltan ejemplos cercanos que pongan de manifiesto esta realidad.
Sin embargo, este proceso es silencioso. A penas hay datos fiables que pongan de relieve la cantidad de españoles exiliados a causa de esta crisis. Son cifras que no interesa recabar y la libre circulación de personas en la UE permite que estos flujos migratorios pasen, al menos de momento, desapercibidos para la mayoría. Son cifras incómodas, y al igual que ocurre con la tasa de suicidios, el incremento de la pobreza, la bajada de los salarios o el número de parados, los datos que nos llegan son difusos y muchas veces contradictorios, confundiendo a la opinión pública, e invitando a relativizar el impacto real de estos fenómenos, pues se trata de estadísticas neutras, números sin cara que por si mismos dicen poco...
Luego está la visión optimista del asunto. Tropecientos programas de españoles por el mundo nos presentan a personas encantadas de la vida y a triunfadores en aventuras envidiables dedicándose a oficios apasionantes y accediendo a oportunidades de lujo en el extranjero. Vienen a reforzar el discurso oficial del "joven aventurero" que emigra por diversión y aventura. El trotamundos español que ya no es un muerto de hambre que va a Suiza a limpiar retretes, sino que elige su camino en la vida y disfruta de todos los privilegios posibles. Nada más lejos de la realidad.
Por eso, cuando desde el Centro Cultural de Azuqueca de Henares, nos llegaron las noticias de la iniciativa que estaban promoviendo, nos pareció una fantástica manera de reflejar esta realidad de un modo personal y directo: enviar una postal desde el exilio para componer una exposición que ponga de manifiesto una realidad muchas veces manipulada, dramatizada o dulcificada, y muy pocas veces presentada tal cual. En bruto. Una persona: una postal. Un matasellos y una fecha.
Aquí os dejamos el enlace de la iniciativa. Esperamos que os animéis a participar y contemos, entre todos, esta historia desde otro punto de vista.